Excavación de la UJA en Qubbet el-Hawa (Aswan)

El profesor Alejandro Jiménez aventura buenos comienzos en la necrópolis
de Asuan.
El proyecto de la Universidad de Jaén, incluía un levantamiento
topográfico para contextualizar geográficamente la posición de las tumbas

El equipo multidisciplinar de investigadores, dirigidos por el doctor de
la Universidad de Jaén, Alejandro Jiménez Serrano, que ha estado
trabajando desde finales del pasado mes de junio hasta comienzos de agosto
en la necrópolis de Qubbet el-Hawa (Asuán, Egipto), ha asegurado que los
resultados obtenidos han superado todas las expectativas iniciales. Ello
pese a que una parte de las investigaciones, correspondientes a la primera
campaña que realizan, se han centrado en el exterior de la tumba 33 del
citado cementerio.

El proyecto se organizó a partir de unos objetivos concretos. En primer
lugar, se tenía que realizar un levantamiento topográfico de toda la
necrópolis para poder contextualizar geográficamente la posición de las
tumbas. Aunque parte de la necrópolis ha sido excavada en diversos
periodos, nunca se había realizado una cartografía y menos con el detalle
que ha conseguido la UJA. “Con ella se ha podido realizar un estudio
geológico, ya que algunas tumbas presentan riesgos de colapso, así como
determinar dónde se debe actuar para evitar que un patrimonio de hasta
4200 años de antigüedad desaparezca para siempre”, explica el doctor
Alejandro Jiménez.

Al mismo tiempo, comenzaron las excavaciones del exterior de la tumba 33
con el objetivo de que puedan trabajar con mayor comodidad dentro de la
tumba la campaña del año que viene. Precisamente, ha sido durante estos
trabajos cuando las expectativas de los investigadores de la UJA se han
visto superadas.

El material arqueológico, que proporcionará una gran cantidad de
información, es variado tanto cronológica como cualitativamente: hay
cerámica de diferentes periodos (Reino Medio y Nuevo, época copta), se han
encontrados dos óstracas de época cristiana, una estela funeraria del
periodo persa, restos de momias, numerosos fragmentos de sarcófagos de
piedra y madera, que los investigadores esperan poder reconstruir en su
mayor parte una vez puedan excavar en el interior de la tumba, y
fragmentos de, al menos, una estatua osiríaca de gran tamaño que podría
datar del Reino Medio (1850 a. C.).

El profesor Alejandro Jiménez explica que teniendo en cuenta que la puerta
de entrada de la tumba es la de mayor tamaño de toda la necrópolis, con
casi 5 metros de altura, han podido determinar que en el interior tienen
un nivel arqueológico que supera los dos metros, nivel que será excavado
el próximo año. Además, se han tomado las medidas de las partes visibles
en el interior de la tumba, encontrando un pozo de más de 10 metros de
profundidad al final del cual los investigadores confían en que fuese
enterrado el propietario original de la tumba (1850 a. C.), el gobernador
de la provincia de Asuán. “Por el momento, es difícil confirmar si el
enterramiento está intacto o fue saqueado en la antigüedad, si bien no se
han encontrado evidencias que confirmen la profanación”, explica el
profesor Jiménez.

Por otra parte, los investigadores de la UJA han realizado un gran
descubrimiento del que por el momento no se puede ofrecer información por
expreso deseo de las autoridades egipcias, ya que aún no se ha podido
acceder a él y tiene que ser estudiado con detalle. Las investigaciones
realizadas durante este verano han sido financiadas por la Universidad de
Jaén, la Asociación Española de Egiptología (principal patrocinador), la
Caja Rural de Jaén y la empresa Guillermo García Muñoz S. L. El equipo de
investigadores desplazado hasta Egipto está formado por el propio doctor
Alejandro Jiménez Serrano, profesor del Área de Historia Antigua de la
Universidad de Jaén; por Juan Luis Martínez de Dios, arqueólogo de
Somuvisa; Marta Valenti Costales, egiptóloga y estudiante de doctorado;
Juan Manuel Anguita Ordóñez, topógrafo; Fernando Martínez Hermoso,
arquitecto; Carolina Cardell, conservadora de la Universidad de Granada;
Israel Mellado, geólogo de la empresa IGEA, y Jorge Rodríguez López,
doctorando de la Universidad de Jaén.

Fuente: Notici@scadadía

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